Ser más empáticos que simpáticos para lograr conexiones profundas

La empatía, según la Real Academia Española, es el sentimiento de identificación con algo o alguien, la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, dándonos la capacidad de conectar más con las situaciones difíciles que padece o atraviesan las personas a nuestro alrededor.

El estadounidense Howard Garner, psicólogo y pedagogo, planteó en su libro Estructuras de la mente la teoría de las Inteligencias Múltiples, derribando la idea universal que existía hasta entonces de una inteligencia única que tenía que ver con las matemáticas. Estas inteligencias que propone engloban muchas habilidades, entre las que encontramos la empatía.

La empatía hace que podamos entender el universo emocional de los otros, permitiendo que las personas se ayuden entre sí. Como resultado, cuando la pones en práctica, te producirá bienestar, por lo que Garner la llama Inteligencia Interpersonal.

Probablemente, has escuchado decir que la empatía es ponerse en los zapatos del otro, y hay mucha verdad en ello, ya que necesitas conectar emocionalmente con la otra persona, entender la batalla que está librando, aunque no hayas vivido algo igual previamente.

La empatía es muy valorada porque nos hace mejores personas. Es una reacción inmediata, inconsciente, que nos ayuda a ser respetuosos de las emociones ajenas y contiene valores como la solidaridad, la escucha activa, la comprensión, la tolerancia, entre otros; que hacen posible llevarla a cabo.

Brené Brown, profesora e investigadora de la Universidad de Houston que estudia la valentía, la vulnerabilidad, la vergüenza y la empatía; explica la empatía desde la vulnerabilidad, y nos comparte el siguiente ejemplo que, a su vez, hace la diferencia entre simpatía y empatía:

Imaginemos a una persona en un agujero oscuro (casi siempre pensamos en eso cuando alguien está en una situación difícil y nos lo está comentando). La empatía sería bajar hasta el agujero oscuro y experimentar emocionalmente lo que esta persona está sintiendo; mientras que la simpatía sería ofrecer algo de comer que le haga sentir mejor o buscar el lado bueno y positivo a la situación.

Para lograr la empatía debemos buscar en nuestro interior algo que nos haga sentir lo mismo que la otra persona nos dice que siente y así generar el vínculo. Las palabras que digamos no solucionarán la situación, pero la conexión que logremos sí hará que la persona se sienta mejor.

Así que, cuando quieras ser empática (o), no trates de buscar las soluciones al problema de la otra persona, más bien mantente a su lado, hazle sentir que tanto la persona como su situación te importan y por eso le acompañas.

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