La noción moderna de salud mental como un estado de bienestar que va más allá de la ausencia de enfermedades es muy reciente, tiene menos de 100 años; sin embargo, la tendencia a asociarla con los problemas de comportamiento vinculados con la locura de la Edad Media, parece seguir muy vigente.
Aunque a lo largo de la historia sí existieron grandes personajes que intentaron entender los problemas y comportamientos de salud mental desde una perspectiva científica, lo cierto es que por miles de años se asoció con elementos espirituales, sobrenaturales, mágico-religioso o fantasioso.
Bajo esta perspectiva era común pensar que las personas con trastornos mentales o conductas inexplicables (como ataques de epilepsia), fueran considerados castigos divinos, actos de brujería, maldiciones o la manera como pagaban sus culpas. Los enfermos eran desterrados, aislados y/o castigados para lograr su recuperación, o por lo menos evitar que se extendiera el mal a otras personas.
Hoy sabemos que la salud mental puede tener un componente biológico, pero también un alto impacto social. Personajes como el médico Thomas Willis (1621-1675), padre de la neurología, reconoció la relación entre los nervios cerebrales y las patologías mentales; el filósofo y médico John Locke (1632-1704) habló del impacto de los sentidos y la experiencia; Sigmund Freud (1956-1939), padre del psicoanálisis, destacó la relevancia de las experiencias de la infancia y la relación con los padres; entre muchos otros que han ayudado a ampliar el entendimiento de la mente humana.
Sin embargo, en pleno siglo XXI, todavía muchas personas niegan que sufren trastornos emocionales y mentales, y prefieren ahogar en el silencio sus preocupaciones y miedos, hundirse en el consumo de drogas y alcohol como una medida de escape, recurrir a la violencia o aislarse, antes que pedir ayuda.
¿Por qué preferir esta forma de martirio en lugar de acudir a un especialista? Para evitar ser estigmatizados y rechazados por las personas cercanas (familiares, en el trabajo, amigos) y la sociedad en general.
El estigma es la etiqueta negativa que se pone sobre las personas y que les resulta muy difícil desprenderse de ella. La sociedad suele etiquetar a los enfermos mentales como peligrosos, débiles e inútiles, violentos, lo que genera en su entorno actitudes y actos discriminatorios de rechazo hacia ellos. (Álvarez, Universidad Concepción de Chile, 2020)
Normalicemos la necesidad de tener salud mental
En la medicina tradicional se requirieron muchos estudios, evidencias, demostraciones y tratamientos para separar el componente espiritual del científico. Hoy en día se mantiene mucha de la sabiduría antigua, de las medicinas naturales y de las técnicas ancestrales; pero el acceso a la salud es considerado un derecho al que todos deberíamos acceder.
La salud mental parece no haber logrado el mismo nivel de reconocimiento, por lo que debemos comenzar por hacer un trabajo interno para aceptar, cada uno de nosotros, que la salud mental y emocional no son caprichos ni lujos, sino necesidades que todos deberíamos poder solventar.
Entendamos que:
- Sí, existen componentes biológicos que pueden desencadenar enfermedades mentales; pero la salud mental no se limita a esto, tiene que ver con la calidad de vida que soñamos vs la que tenemos y cómo lograrla.
- La vida moderna se ha complejizado y presenta nuevos retos, exigencias, presiones más demandantes que las que vivieron generaciones anteriores.
- Hoy parece más evidente la idea del filósofo griego Heráclito de Éfeso (540 – 480 a.C.): Todo fluye, todo cambia, nada es permanente; y esa constante sensación de inestabilidad nos enfrenta a mayores niveles de incertidumbre y estrés.
- Todas las personas estamos viviendo altos niveles de presión. No estás solo (a), entonces, ¿por qué no pedir ayudar?, ¿por qué no hablar de lo que te preocupa?
Hay buenas noticias: algo bueno está pasando y vos podés ser parte. Cada vez hay más personas hablando sobre los temores que sienten, la incertidumbre, el estrés, la depresión. Cada vez más voces quieren ser escuchadas y abrir nuevas puertas para que más personas puedan ser y estar según sus convicciones y valores.
Hoy en las redes sociales podés encontrar muchas cuentas que hablan sobre las emociones y las situaciones diarias para hacerte sentir que otras personas también tienen los mismos conflictos e inquietudes que vos. Para normalizar que está bien pedir ayuda a los profesionales y que no tienes que ser estigmatizado, ni sufrir de bullying o humillaciones.
Hablemos de salud mental. Hablemos de las emociones. Hablemos de nuestros problemas y confiemos en que los profesionales te podrán brindar una mano amiga cuando la necesites para encontrar las respuestas que buscas.
También cuentas con EmpleandoMentes. Nosotros queremos ayudarte con herramientas que te faciliten la creación de tu camino. Seguinos en nuestras redes sociales en Facebook e Instagram, visita nuestra página web y escribinos si deseas que nuestros especialistas te brinden orientación en tu proceso.
Fuentes:
Salud mental: fortalecer nuestra respuesta (who.int)
¿Cuál ha sido el camino que ha recorrido la salud mental? (lavanguardia.com)
¿Qué tan útil fue esta publicación?
¡Haz clic en una estrella para calificarla!
Puntuación media 0 / 5. Recuento de votos: 0
No hay votos hasta ahora! Sea el primero en calificar esta publicación.