La autoimagen es la visión o concepto que tenemos de nosotros mismos. Es un aspecto crucial de la personalidad que puede determinar el éxito que tengamos en las relaciones y la sensación de bienestar general que sintamos.
Según el Diccionario conciso de Psicología APA, “una autoimagen negativa suele ser la causa de disfunciones y comportamientos personalmente abusivos, erróneos o destructivos”. Es una forma de autopercepción en la cual la persona tiende a centrarse en sus aspectos o características percibidas como defectuosas, insatisfactorias o inadecuadas, minimizando las cualidades positivas y logros personales.
La autoimagen va más allá de la percepción que tenemos de nuestro físico que, aunque tiene un papel y un valor importante, no nos define. La imagen que tenemos de nuestro físico puede gustarnos o no, de hecho, casi siempre ocurre que hay una parte de nuestro cuerpo con el que no nos sentimos conformes; a pesar de eso, la imagen mental que tenemos de nosotros como personas capaces o incapaces complementa fuertemente nuestra autoimagen.
Nuestro subconsciente juega un papel importante en nuestra autoimagen. Todas las experiencias que hemos vivido, las opiniones que recibimos acerca de nosotros, las creencias y las expectativas, tanto internas como externas, afectan tanto que, aun cuando estemos trabajando para tener una autoimagen más positiva, subconscientemente podemos retroceder en el logro del éxito en los propósitos que tenemos en nuestra vida.
Veamos este ejemplo. A una persona a quien, desde muy pequeña, le han dicho que no es buena para las matemáticas, decide estudiar con más dedicación esa asignatura y logra obtener excelente nota. Todos lo celebran, pero los halagos que recibe es que no pueden creer que haya sacado esa nota excelente, quizás hizo trampa porque realmente no es capaz de hacerlo sin apoyo. Su subconsciente recibe esta información y refuerza la imagen que ya tenía de sí misma en ese aspecto, así que vuelve a sacar notas promedio.
Creando hábitos que nos ayuden a una autoimagen positiva
Estamos programados mentalmente para creer que nuestra autoimagen está dada y eso que hemos sido seguiremos siendo, pero es un engaño que nos hacemos a nosotros mismos. El escritor Maxwell Maltz, en su libro Psico-cibernética, afirma que podemos cambiar conscientemente nuestra autoimagen a través de la imaginación creativa y la repetición, desarrollando así nuevos hábitos.
Según la RAE, el hábito el modo en el que hacemos las cosas, adquirido por la repetición de actos iguales. Piensa en las actividades que haces todas las mañanas al despertar y vestirte para salir, ¿te descubres haciendo las cosas de una manera en particular? Pues ese es tu hábito.
Un hábito podemos créalo en 21 días aproximadamente. La perseverancia y la disciplina son habilidades muy importantes en la construcción de hábitos positivos o negativos. Una vez adquirido, la nueva autoimagen podrá será más positiva y congruente con el logro de las metas que queremos obtener, o negativa limitándonos a logros menos significativos por creer que no somos capaces de objetivos retadores.
¡No olvides tu cuerpo! El poeta romano Decimo Junio Juvenal dijo la famosa frase “Cuerpo sano, mente sana” para referirse al cultivo del cuerpo que traería como consecuencia una mente sana; sería un error creer que si descuidamos nuestra imagen física no afectará nuestro desempeño en el logro de los objetivos.
Resumamos. Hay cuatro aspectos importantes que debemos tomar en cuenta para construir una autoimagen positiva:
- La percepción que tenemos y que otros tienen de nosotros sobre rasgos físicos, destrezas, capacidades y cualidades.
- Cómo vemos y valoramos a los demás en comparación a nosotros mismos.
- Cuando vemos nuestros éxitos y fracasos, ¿a qué creemos que se deben?
- Cómo es la opinión que recibimos de nuestro ser y actuar específico en el rol dentro de nuestra sociedad.
Practiquemos repetir frases afirmativas, positivas y poderosas que refuercen nuestra nueva autoimagen, celebremos nuestros logros y reconozcamos cada progreso que tengamos por pequeño que sea, sin olvidar aprender de los errores cometidos.
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