La Inteligencia Emocional (IE): manejar las emociones para lograr mejores relaciones

La inteligencia emocional (IE) es la capacidad de procesar la información emocional y utilizarla en el razonamiento y en otras habilidades cognitivas, esa facultad que nos permite adquirir conocimiento y entendimiento del mundo que nos rodea, a través de la percepción, pensamiento, razonamiento, memoria, atención y otros procesos mentales que nos permiten comprender la información, resolver problemas y tomar decisiones). 

Saber cómo manejar esta inteligencia es una habilidad que nos permite entablar mejores relaciones, potenciar nuestra salud mental y generar dinámicas que acerquen a alcanzar objetivos personales y profesionales.

Según el APA, Diccionario conciso de Psicología, comprende cuatro capacidades: 

  1. Percibir y valorar las emociones con claridad.
  2. Tener acceso a las emociones y producirlas cuando facilitan el saber
  3. Comprender el lenguaje emocional y hacer uso de esta información emocional.
  4. Regular las emociones propias y ajenas para fomentar el crecimiento y el bienestar

Cuando hablamos del éxito casi siempre lo asociamos a la inteligencia intelectual o racional. Pensamos que si una persona obtiene buenas calificaciones en sus estudios   también debe ser exitoso en todos los aspectos de su vida. Ahora sabemos que eso es solo una parte del todo, también hay otras habilidades y capacidades que son importantes para sobresalir en lo que nos propongamos hacer y lograr.

El impacto de nuestras emociones en nuestras decisiones

La inteligencia emocional nos permite reconocer cómo nuestro estado de ánimo impacta en las diversas dinámicas sociales de nuestra vida; identificar qué nos afecta, qué cosas o situaciones alteran nuestro carácter y conducta, y anticipar cómo nuestras decisiones se verán afectadas por las emociones que sintamos en determinado momento.

El filósofo Aristóteles, en su libro Ética a Nicómaco, evidencia que desde tiempos antiguos ya se identificaba la importancia de lo que hoy llamamos Inteligencia Emocional:

“Cualquiera puede ponerse furioso… Eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.”. 

La inteligencia emocional nos ayuda a gestionar de una mejor manera nuestras emociones. Está muy relacionada con la forma en que nos expresamos verbalmente, ya que podemos dar a conocer fácilmente si nuestra charla o respuesta es por un impulso emocional o si es una idea bien pensada.

Nuestras relaciones interpersonales educativas, sociales o de trabajo dependen en gran parte de poder interpretar de manera adecuada las señales no verbales de los demás. Si logramos descifrar sus emociones podremos establecer vínculos de comprensión y empatía que ayuden a estrechar más los lazos de amistad o compañerismo.

El desempeño que podamos tener diariamente dependerá mucho del equilibrio emocional que hayamos alcanzado. Nuestra adecuada inteligencia emocional nos ayudará a estar automotivados, a tomar decisiones racionales bien pensadas, a resolver de mejor manera los conflictos que puedan surgir y a comunicarnos mejor con el equipo de estudio o trabajo y grupo social.

Recomendaciones generales para mejorar nuestra IE

Mejorar la IE es un proceso continuo que implica la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como las emociones de los demás. 

Aquí tienes algunas recomendaciones básicas para desarrollar y mejorar tu inteligencia emocional:

  1. Autoconciencia: Presta atención a tus propias emociones en diferentes situaciones. Reflexiona sobre lo que sientes y por qué. Lleva un diario emocional para rastrear tus emociones y patrones de reacción.
  2. Autocontrol: Antes de reaccionar impulsivamente, toma un momento para respirar y pensar en las consecuencias. Aprende a lidiar con el estrés de manera saludable, como a través de la meditación, el ejercicio y las técnicas de relajación.
  3. Automotivación: Establece metas personales y profesionales realistas, mantén tu motivación a largo plazo, encuentra significado y propósito en lo que haces, lo que te ayudará a mantenerte enfocado y comprometido.
  4. Empatía: Escucha activamente a los demás. Presta atención a sus emociones y muestra interés por su forma de ver las situaciones, practica ponerse en el lugar de los demás para comprender cómo se sienten y por qué.
  5. Habilidades sociales: Mejora tus habilidades de comunicación, tanto verbal como no verbal. Aprende a expresar tus emociones de manera efectiva y a interpretar las señales emocionales de los demás, desarrolla la capacidad de resolver conflictos de manera constructiva y trabajar en equipo.
  6. Desarrolla la resiliencia: Aprende a manejar las dificultades y los fracasos de manera positiva míralos como oportunidades de crecimiento, desarrolla la capacidad de adaptarte a diferentes situaciones y recuperarte de las adversidades.
  7. Busca apoyo y aprendizaje constante: Participa en talleres, cursos o terapias enfocadas en la inteligencia emocional, busca mentores o personas que sean emocionalmente inteligentes y puedas aprender de ellas.

Mejorar la inteligencia emocional lleva tiempo y esfuerzo constante. No te desanimes si no ves resultados inmediatos; cada pequeño paso cuenta en tu desarrollo emocional.

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